sábado, 15 de febrero de 2014

RadioJoshua - Disco de la Semana - Highway 61 Revisited de Bob Dylan

Radio Joshua en su Sección ya clásica con una recomendación más que agradable a los oídos ... Un disco que llegó después de conmocionar el mundo musical tras su histórica presentación en el Festival Folk de Newport, la historia personal de un hombre que nació para ser poeta y artista, para inspirar a más de 4 generaciones en sus 60 años de carrera, una obra que está llena de poesía, de insurrección y de lucha, un disco que retrata lo que Bob Dylan ha sido desde siempre, una persona que se renueva de acuerdo a los tiempos que vivimos


Bob Dylan - Highway 61 Revisited

Odessa, Ucrania, invierno de 1905, se produce uno de los pogromos antisemitas más trágicos que se recuerden, esa noche, ocultos tras la obscuridad de los pinos del bosque se encuentran Zigman y Anna Zimermman huyendo hacia Rumania y poco tiempo después hacia Estados Unidos, mucho más hacia el norte pero 4 años antes, otra comunidad judía es asediada por el gobierno Lituano y perseguida hasta su casi extinción, de ahí parten Benjamin y Libba Eldestein ocultos en un viejo tren que los lleva hacia Hamburgo para embarcarse hacia occidente, así de esas dos familias de inmigrantes nacerían Abraham y Beatrice, quienes se conocieron en un pequeño pueblo de Minessota llamado Duluth, un lugar frío sobre la planicie de los Grandes Lagos, poco tiempo después, con su primogénito de 6 años, parten al pueblo de Hibbing al enfermar Abraham Zimmerman de poliomielitis, en el frío del lugar, rodeados de bosques y montañas, es uno de sus hijos el que cambiaría el mundo de la música para siempre, fue educado bajo la estricta tradición judía, pero su mayor  diversión era escuchar un viejo fonógrafo en la sala de su casa que captaba una estación de radio que emitía su señal a miles de kilómetros de ahí, en la ciudad de Shreveport, Luisiana, ahí se mezclaron la mente prodigiosa de un niño que siempre mostró dotes artísticas y la difusión de un género que era en ese entonces la bandera de la opresión y el racismo, el blues que dejaba sentir su huella inerme en los oídos del pequeño Robert Zimmerman, una tarde escuchó una canción de Odetta Holmes, con esa voz de lucha y represión que la caracterizaba y que dieron al joven Zimmerman un primer contacto con su fuente inicial de inspiración, sentado al calor de la chimenea, pasan los años y escucha las leyendas del mítico Robert Johnson, escucha las armonías con aire country de Hank Williams y tras los cortes musicales se daban lecturas de poesía de la época y es ahí donde nació su gusto por la lectura de la generación beat, eran los 50's, era la época en que Ginsberg inspiraba a la generación beat y los textos de Jack Kerouac inundaban la conciencia de algunas mentes privilegiadas que podían asimilar su poesía simbolista, de ahí parte el pensamiento idílico del joven Robert, es en esos días en que conoce a su mentor inicial, un músico de protesta que llevaba ya muchos años en la lucha, oye las canciones de Woody Guthrie en 1957 y su vida cambia, forma varios grupos musicales que no duran más de algunos meses y en su anuario de graduación de la preparatoria escribe unas líneas que lo describen, para Zimmerman su más grande deseo es 'unirse a Little Richard', en 1959 deja Duluth para irse a la Universidad, no asiste a ninguna clase pues el llamado de la música, ese instinto primigenio que mueve las conciencias de algunos iniciados lo lleva a dejarlo todo, vende sus discos de acetato, una colección que había dado sentido a su vida para viajar a Nueva York con unos cuántos dólares para ver a su ídolo Woody Guthrie desahuciado en un manicomio a causa de la Enfermedad de Huntington, es ahí en el mes de enero cuando dos mundos se unen, el ver a su artista preferido de toda la vida postrado y con ideas demeciales no hace más que ensombrecer la triste realidad del joven Zimmerman quien alguna vez había confesado que escuchar a Woody era 'aprender a vivir',  lo visita varios días, aprende de él muchas cosas en silencio, sin hablarle, lo ve absorto en su mundo de locura, sin siquiera saber él mismo, no sabía que le deparaba el destino, se establece en Nueva York donde encaja en el circulo bohemio de la época, donde se lee poesía, donde los cafés son la novedad, donde la gente se reúne, expone sus ideas de la vida, elaboran intrincados juegos de palabras y los ambientan con guitarras, bajos, mandolinas, de ahí nacerá el folk que no habla de protestas y derechos civiles, que habla de lo más humano que tenemos, habla de los sentimientos y de ese aire de exploración interior, en ese lugar comienza a escribirse la historia artística de uno de los mas grandes músicos que ha dado la historia, ahí cambia su nombre en honor al poeta Dylan Thomas, quien en uno de sus versos recita 'La piedad canta, la inocencia endulza mi último aliento negro, la modestia oculta mis muslos entre sus alas', desde ese día se llama Bob Dylan, una mañana de 1962 abandona su pasado y renace cual ave fénix para impregnarse de toda la cultura beat,  aprende a tocar la armónica, día a día lucha por ganarse un espacio en todo ese ambiente de contracultura, es ahí donde conoce a su mánager, a su padre, a su amigo y a veces su mejor enemigo, Albert Grossman lo adopta y juntos emprenden un camino difícil en el a veces ingrato mundo del folk, ese año graba su primer disco, el icónico disco donde su cara de niño y su enorme boina lo ubican como una de las jóvenes promesas del folk, ese ritmo lo cobijó, lo hizo una estrella en un ambiente de intelectuales que encontraban en sus letras una línea de poesía profunda y con contenido, una línea que fue labrada muchos años antes cuando su cabeza era una esponja que se llenaba de pensamientos e ideas de lo que afortunadamente le dieron sus padres para leer, hizo propio ese ritmo, lo sintió, lo expresó, lo dominó, lo hizo parte de él y esos seguidores que tuvo lo reconocían más que como un músico como un profeta, sus canciones hablaban de aspectos de la vida tan palpables, hablan de discriminación, de los pobres, de los oprimidos, de la libertad, ahí caben Peter Seeger, James Meredith, ahí cabe la granja de Maggy, ahí se narra la lluvia fuerte que va a caer, caben las injusticias, todo lo humano está contenido en sus poemas hechas canciones, ahí se encuentran las respuestas, tal como lo dice en una de sus piezas más famosas 'la respuesta, amigo, está en el viento', son 5 discos hasta que en el año de 1965 todo revoluciona de nuevo, se presenta en el festival de Newport, la meca del Folk, donde Joan Baez, Johnny Cash, Hank Williams, el mismo Woody Guthrie y tantos otros míticos personajes del género ayudados con únicamente su guitarra y voz convocaban a más de 100 mil personas año con año, ese verano, Bob Dylan sale al escenario principal con su acostumbrada compañera de viaje, su guitarra acústica, tras dos canciones toma su guitarra Fender Straticaster y deja a todos absortos e impresionados al ejecutar dos piezas con una banda completa que toca instrumentos eléctricos, el más grande pecado de la música se realiza en Newport, el santo grial en manos de un vagabundo, en manos de un artista que revolucionó todo, pone un clavo en el ataúd que tardó 40 años en quitarse de la caja, ese día, ese año, en ese mismo instante en que toda la tierra se detiene tras los acordes de 'Like a Rolling Stone', esos 7 minutos en que le gritan de todo, lo abuchean, lo insultan, no ha existido una afrenta más grande en toda la historia de la música, la obra está consumada, desde ese día el héroe, el ídolo folk enfrenta sus demonios y abandona su pasado, otra vez, una vez más se reinventa, todo eso antes de cumplir 30 años de edad, se ha encontrado a si mismo al tirar al olvido todo lo que había hecho antes, es un acto de valentía, una desafío hacia todo, se da el precedente de lo que sería su disco más grande, una obra maestra inspirada en un camino que va desde Minessota hasta New Orleans, la autopista 61, el camino del blues, donde la música llena cada kilómetro de anécdotas, inicia en la ciudad del bluegrass, New Orleans y su dixieland, sus bandas, su carnaval, sus calles con aires franceses, continúa sobre Luisiana, capital mundial del blues, llega hasta Memphis, donde el country y el rock sureño se gestaron en una mezcla interesante que continúa hasta nuestros días, sigue el transcurso entre los campos del algodón y las granjas de camarones del Mississippi, llega a los valles de maíz y trigo de Iowa, con sus  planicies, su silencio, su desolación, hasta el frío de Minessota y hasta la frontera con Canadá, ese camino vio a Roberth Johnson, el padre del blues ser parte de la leyenda de vender su alma al diablo en el cruce de esa autopista con la autopista 49, es ahí a unos cuantos kilómetros en Tupelo donde nacería el Rey Elvis Presley, es justo a unos metros de donde asesinaron a Martín Luther King, esa carretera es un símbolo de libertad, de movimiento, de oportunidades, de historias de personas que abandonaron su pasado para renacer en un presente que se da día a día, que es nuestra propia autopista que creamos todos con cada cosa que hacemos, los sentimientos humanos son vulnerables al enfoque y a la perspectiva, a veces se pierden en la realidad que vivimos, a veces necesitamos guías, faros que orienten nuestro andar por el mundo, es en es contexto, donde Bob Dylan escribe la más grande historia de una transición que ahora nos es tan natural, pasó de ser el héroe del folk, a ser el héroe del rock, a inspirar a más de 4 generaciones, a llevar más de 60 años en la música, a ser mentor de personajes que hoy son leyenda, todo lo que yo pueda escribir sobre él no será suficiente para explicar su grandeza, tal como lo dice Keruac (a propósito de versos sobre los caminos, ese autor de los Vagabundos del Dharma, que ha inspirado a tantas personas) en una de sus obras más famosas, como una premonición sobre Dylan y su renacimiento ... 'Alabado sea el pétalo interior abierto, carne del pensamiento más tierno. Alabada sea la ilusión, el murmullo. Alabado sea el sagrado océano de la eternidad. Alabado sea yo, que escribiendo, ya muerto, y muerto nuevamente he vuelto a nacer'
No voy a ser capaz de hacer un disco mejor que aquel... Highway 61 es demasiado bueno. Hay mucho material en él que yo mismo escucharía
- Bob Dylan, sobre Highway 61 Revisited -


Ficha Técnica
Fecha de Lanzamiento - 1965
Discográfica - Columbia Records
Productor - Bob Johnston y Tom Wilson

- Recomendable Si Les Gusta -
In My Own Dream de Paul Butterfield Blues Band, I Stand Alone de Al Koope, Music From Big Pink de The Band, Sailing To Philadelphia de Mark Knopfler, Travelling Wilburys de The Travelling Wilburys, Wonderwall Music de George Harrison, Hard Promises de Tom Petty and The Heartbreakers, Astral Weeks de Van Morrison, Anthem Of The Sun de Grateful Dead, Noël de Joan Baez, Songs Of Our Soil de Johnny Cash y Fairytale de Donovan

     Entre 1964 y 1965, Bob Dylan vivía una época frenética, había hecho algo ya para la historia en el festival de Folk de Newport y había anticipado la salida de un disco lleno de rock y de instrumentos variados más allá de la guitarra acústica que lo había acompañado toda la vida, había reclutado a una serie de músicos que ya Dylan había conocido previamente, en la guitarra de acompañamiento se hizo de los servicios de Mike Bloomfield, guitarrista del grupo de Paul Butterfield, quien en ese entonces confesó no tenía ni una funda para su Fender Telecaster, Dylan lo invitó a Nueva York para las sesiones de grabación del Highway 61 Revisited, se les unió como un productor emergente (ante la inminente salida de Bob Johnston) Tom Wilson quien era muy amigo del pianista Frank Owens, el cual ya tenía cierta fama en el circuito de blues de Nueva York por lo que su contratación para el proyecto del disco se dio de manera casi inmediata, conocieron en el trayecto a Russ Savakus un bajista también renombrado del circuito de New Jersey, Bobby Gregg el baterista se unió al final y la banda estaba ya completa, Bob Dylan se encargaría de darle vida a sus letras con todo el poder que una verdadera banda de rock iba aportarle, se descartaron una serie de temas que serían después re editados como singles o como versiones martirizadas en trabajos posteriores, fue el final de una etapa muy importante para Dylan, para empezar inició una era llena de rock en un estado más que puro, exploró el blues, se tomó la decisión de aportarle un sonido más directo a sus presentaciones, fue una época en que su espíritu rebelde lo reflejó en sus letras, es un trabajo que influyó notablemente en la música popular y en el Rock y que ha sido nombrado siempre dentro de las listas de los mejores discos de todas las épocas, Highway 61 Revisited es una obra redonda por donde quiera que se le vea.


Título del Disco
    El título es por la conocida autopista que va desde la frontera canadiense en Minnesota hasta Luisiana, pasando por New Orléans, Memphis y demás lugares icónicos para el blues y la cultura afroamericana en general.

Portada del Disco
    La foto de la portada es obra de Daniel Kramer, quien fotografía a Dylan sentado en un escalón de la casa de Albert Grossman en Nueva York, específicamente en Gramercy Park. 

Tracklist

1.    Like A Rolling Stone (Recomendación 4 Estrellas)
2.    Tombstone Blues (Recomendación 4 Estrellas)
3.    It Takes A Lot To Laugh, It Takes a Train to Cry 
       (Recomendación 4 Estrellas)
4.    From a Buick 6
5.    Ballad Of a Thin Man (Recomendación 4 Estrellas)
6.    Queen Jane Approximately (Recomendación 4 Estrellas)
7.    Highway 61 Revisited 
8.    Just Like Thom Tumb's Blues (Recomendación 4 Estrellas)
9.    Desolation Row (Recomendación 4 Estrellas)

Track by Track Momentos Cumbre
- La tarola de inicio de Like a Rolling Stone es una llamada para la apertura de una obra maestra, una amalgama de blues, impresionismo y alegoría, una metáfora de la vida cantada en 7 minutos, una rima que transciende por su espíritu combativo y retador, es una de esas canciones que dejan huella en quien las escucha, Bob Dylan escribió la canción en el verano de 1965 durante la gira en Europa, tal como está documentado en la película Don't Look Back, un día estando en una granja al oeste de Woodstock, Nueva York, juntó a varios de los integrantes de The Band para empezar con la composición de la canción, se sentó al piano y empezó a interpretar una canción en tono sol sostenido, Mike Bloomfield, el guitarrista invitado al iniciar la canción comenzó a elaborar solos con bends, sin embargo a Dylan no le pareció adecuado pues no quería 'sonar como BB King' por lo que los arpegios que quedaron en la grabación original surgieron de esa propuesta, Al Kooper que era otro guitarrista de sesión tras haber ya grabado las tomas finales se sentó a improvisar notas en el órgano Hammond, sin embargo repetía las notas algunos segundos después que el resto de la armonía, a Dylan cuando escuchó la mezcla final ese efecto desfasado le encantó, por lo que al final quedó con más volumen en la mezcla, el pandero lo tocó Bruce Langhorbe y Paul Griffin interpretó la melodía del piano, la letra es extrañamente una mezcla entre reclamos y venganza, pero dice muchas cosas muy acertadas sobre la realidad que se vivía en 1965, tiene versos significativamente elaborados, con una mezcla de estilos que van desde lo simbólico hasta lo surrealista, hay quienes insinúan que la letra es dirigida a Andy Warhol, también constituye una afrenta directa a la invasión británica, es una canción parte del orgullo americano por la música, una pieza que relata bajo aspectos sencillos la vida de cualquier persona que la quiera tomar, el título es bello, significativo, andar por la vida como una piedra rodante, perdiendo el sentido real de las cosas, viviendo una realidad día a día, sin esperar nada a cambio, sin un futuro inminente, se levanta el telón de una obra magnífica.
- El blues a toda velocidad de Tombstone Blues, una letra extraña y con tintes metafóricos, Bob Dylan dice demasiadas frases como para entender a que se refería, una reminiscencia del pasado, el blues de Luisiana se apodera de este corte de 6 minutos, Mike Bloomfield ahora si inunda la canción de los típicos bends del estilo bluesero, la guitarra de acompañamiento la ejecuta de forma magistral haciendo riffs por todos lados, los solos son complejos y bastante nutridos de sentimiento, la batería de Robert Gregg va a toda velocidad, a más de 160 bpm, un compás entrecortado de 2/4 y la aportación de la pianola muy al estilo sureño de Al Kooper, que siendo guitarrista exportó mucho en el piano, una canción muy sui generis, se disfruta mejor al calor del verano.
 It Takes A Lot To Laugh, It Takes a Train to Cry es la contraparte de la anterior, una enorme canción llena de sentimiento sureño, blues de doce barras en toda su expresión, impecable muestra de talento de The Band, mantienen ese ritmo de comparsa, los 4/4 que dura toda buena pieza bluesera, tiene todo lo que se necesita, están los acompañamientos en contrapunto del pino, está la armónica, está la letra triste y desgarradora, esta el sentimiento, una pieza que queda lejos de las más famosas del catálogo Dylanesco pero es una maravilla.
- From a Buick 6, es una canción de transición, otra pieza de blues-rock que no termina de encajar en uno u otro género, se encuentra a medio paso entre ambos, sin embargo es una canción que combina los acordes del piano Hammond de Al Kooper con la voz rasposa de Bob Dylan, la batería de Robert Gregg mantiene un ritmo constante y el bajo de Russ Savakus es respetablemente una de las mejores interpretaciones del disco, una pieza festiva, con un solo de armónica impecablemente realizado por Dylan.
- El siguiente tema es una de las canciones con más sentimiento de Bob Dylan de todo el disco, una pieza llena de alegorías, desde esa interpretación en primera persona de 'Mr Jones', los primeros acordes tan parsimoniosos del piano de Al Kooper y el ritmo de batería tan tranquilo de Robert Gregg se anticipa una pieza con un tinte de tragedia, así lo es, la letra es triste, melancólica, esos interludios del piano de Kooper son magistrales, toda la canción transcurre en ese aire trágico y de expectación que constituye a The Ballad of a Thin Man como una pieza única y estremecedora, los solos de guitarra de Mike Bloomfield le añaden aún más dramatismo, estupendo tema.
- La tranquilidad de la apertura de Queen Jane Approximately, es una pieza con una carga emocional distinta, ese aire de reclamo por una decepción de amor, una verdadera apología ambientada con música, un tema extraordinario, las transiciones entre el blues y el rock, con esos aires de los temas de los 50's, hay recuerdos de The Shadows, The Doobie Brothers, The Pinguins, de tantos grupos de rock, y ese solo de armónica de Bob Dylan es conmovedor, como se juntan las notas de la armónica con los arpegios de la guitarra de Mike Bloomfield es sencillamente maravilloso, otra grandiosa pieza.
- La enorme capacidad de Bob Dylan de crear historias se manifiesta en la canción que le da titulo al álbum, Highway 61 tiene 5 historias en una, están personajes bíblicos, Mack el Dedo, Georgia Sam, el hombre que quería una guerra nuclear, es una pieza extravagante con ese sonido de sirena que hizo Mike Bloomfield, es una canción que retrata la forma de componer tan amplia y todos los recursos que tenía Dylan para componer.
Just Like Thom Tumb's Blues es una excelente pieza donde se elabora una conversación interesante entre dos estilos diferentes de piano, Al Kooper ejecuta un piano Hohner Planet con un tono muy natural y cálido y Paul Griffin un piano Tack, ambos elaboran cada uno por su lado una amovía diferente, lo cual enriquece tanto la estructura del tema, es una pieza grandiosa por su constitución armónica, una de las joyas escondidas en el Highway 61 Revisited.
- La última pieza es grandiosa, Desolation Row es una pieza folk con aires flamencos, la guitarra de Bob Dylan con el peso de la armonía y Mike Bloomfield con su guitarra de cuerdas de nylon española acompaña uno de los temas más intensos de todo el catálogo Dylanesco, es esta pieza la que cierra un ciclo, después de este disco Dylan y todo el rock nunca fueron los mismos.


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