sábado, 13 de julio de 2013

Radio Joshua - Disco de la Semana - El Silencio de Caifanes


Radio Joshua, presentando como cada semana una recomendación más que agradable a los sentidos ... La obra cumbre de una de las bandas más emblemáticas de la escena Rock mexicana de los 90's, la crónica musical de una muerte anunciada, folclor, rock, raíces, sentimiento y nostalgia, lo barroco y lo ecléctico se conjugaron para hacer de este disco un trabajo para la posteridad. 



Caifanes - El Silencio



Año de 1984, un estudiante de cine llamado Alejandro Marcovich necesita recaudar fondos para realizar su tesis, por lo que al cineasta en ciernes se le ocurre hacer una fiesta y reclutar a algunos amigos músicos para cobrar la entrada y costearse su titulación, su hermano Carlos un director de cine y productor teatral ya consolidado contrata a la crema y nata del Rock subterráneo de la escena ochentera, a un introspectivo músico de un grupo llamado Frac, un tal Saúl Hernández, quien ese entonces era bajista, a un baterista de nombre Alfonso André muy conocido por ser músico de sesión de grupos como Bon y Los Enemigos del Silencio del infalible Leoncio Lara, el grupo con esa alineación primigenia quedó conformado y le dio vida a esa reunión la cual se convirtió en un suceso memorable en la incipiente y casi extinta escena rock del México  de los 80's, nombraron al grupo Las Insólitas Imágenes de Aurora,  en una época donde el Pop burdo y mal hecho dominaba los pocos espacios de difusión, tuvieron que abrirse paso a través de ese camino donde se hicieron músicos de sesión de aquellos grupos de Pop que odiaron, más tarde se le unirían dos de las mentes más talentosas y creativas de la música mexicana contemporánea, Diego Herrera conocido por ser un músico versátil y gran percusionista y el entrañable Sabo Romo de extracción jazzística con un virtuosismo impresionante, la banda ya formada se presenta de forma inicial en Hoyos Funky y en foros clásicos como el Multiforo Alicia y la Última Carcajada de la Cumbancha, en un país donde nunca se apoyó la realización de música de grupos nacionales se abrieron paso a piedra y lodo hasta consagrarse, el punto más alto de creatividad musical de la banda sobrevino en la creación de una obra maestra donde se fusionaron ritmos, se exploraron horizontes musicales antes inaccesibles para el Rock y se encontró una línea sobre la que avanzaron hacia la posteridad, el más grande disco de Rock Mexicano de todos los tiempos, esa noche de 1984, tras el ruido de los amplificadores viejos, sobre las cajas de cartón que tuvieron de escenario,  en aquel barrio de Coyoacán se gestó la más grande historia del Rock Nacional.
 '...Ahí el grupo vivía otras circunstancias. Inclusive, personalmente. Era un momento extraño. Estábamos algo aislados, ya empezaba a haber como una especie de separación entre nosotros. No nos dábamos cuenta, pero estaba latente. Entonces, para mí, la única forma de plantear el disco era el Silencio ...'
Saúl Hernández (sobre El Silencio y el momento que vivía Caifanes en 1992)





Ficha Técnica
Fecha de Lanzamiento - 1992
Discográfica - RCA Records
Productor - Adrian Belew
Recomendable si les gusta Las Insólitas Imágenes de Aurora de Las Insólitas Imágenes de Aurora, El Equilibrio de los Jaguares de Jaguares, El Fuego de la Noche de La Barranca, Lejos del Paraíso II de Sangre Azteca, Música y Contracultura de MUC, Marielito de Ritmo Peligroso, Divisiones de Neon, Ella es Una Santa del Dr Fanatik, Taxi y Manhattan de Guillermo Briseño y Sabo Romo

     Siendo ya una banda consolidada con sus dos álbumes previos, Caifanes se dio a la tarea de crear una obra que trascendiera el tiempo, para lo cual requirieron la guía de Adrian Belew, consagrado productor y guitarrista líder de un grupo llamado King Crimson, pilar del Rock Progresivo, si en sus trabajos anteriores se notaba ya una cohesión entre líneas, en esta obra habrían de explorar con ritmos y fusiones propias de una antología de la música tradicional mexicana, la formación musical era distinta en los miembros de la banda, Saúl Hernández provenía de una veta de inspiración del tradicional barrio de la Colonia Guerrero, su formación musical había sido prácticamente lírica, sin embargo tenía ese aire de poeta urbano, había escrito ya algunos cuentos y sus letras reflejaban ese instinto metafórico que lo caracterizaba, ya había tenido varios proyectos en común con algunos integrantes (léase las Insólitas Imágenes de Aurora y en uno de los grandes supergrupos de la escena del rock de los 90's con el Dr Fanatik y el 'Pollo' Lorenzo Lagrava en ese experimento divertido llamado La Suciedad de las Sirvientas Puercas), desde el primer disco había asumido el rol de líder de la banda, su personalidad y estilo le daban ese aire de misticismo e introspección, Alfonso André, mucho más emparentado con la escena jazz de los 80's debido a su amistad con Eugenio Toussaint, un baterista que dominaba diversos estilos, Alejandro Marcovich, enorme guitarrista argentino avecindado en México junto con su hermano el director de cine Carlos Marcovich, quien tenía un estilo mucho más rock inspirado en la escena Inglesa de los 70's, con dirección hacia el progresivo y con una conocida tendencia hacia los arreglos y la producción musical, en el grupo se encontraba en su mejor época de creatividad uno de los mejores músicos que ha dado nuestro rock, el gran Diego Herrera, tecladista, saxofonista y percusionista, plasmó su sello en esta obra por sus aportaciones provenientes de su dominio de la música folclórica nacional y por último sin lugar a dudas el mejor bajista que ha tenido latinoamérica, el legendario Sabo Romo de muy conocidos orígenes en el blues, todo este conjunto de vertientes y estilos le darían a este disco su conocida diversidad de géneros y ritmos, El Silencio no solo es una obra que enmarca un collage  musical fantástico, marca también un rompimiento con los discos de rock tradicionales, esa nueva forma que más tarde explotarían otros grupos de Rock Nacional.


Título del Disco
El Silencio fue el título que sugirió Saúl Hernández rompiendo con el esquema anterior de nombrar en numeración sucesiva los discos, en entrevista dijo lo siguiente '...Para mí, la única forma de plantear el disco era el silencio. Todo mundo pensaba muchas cosas, pero nadie se decía lo que quería ...'



Portada del Disco
A destacar la impresionante portada del disco, un conjunto de elementos y símbolos, inicialmente conformada por una representación de un rostro humano en tres partes, la primera unos ojos de mujer cerrados emulando tranquilidad y paz, en segundo lugar una nariz que representa alguna etnia, el tercero una sonrisa tenebrosa que emula a la muerte, paz, muerte, tranquilidad, en la porción superior la negación de la cruz formada por los brazos ensangrentados de las dos partes del mestizaje, todo enmarcado en algo que semeja a la talavera, más barroco imposible, las letras elegantes y estilizadas que dan el nombre al disco y el logotipo en rojo al costado izquierdo de la portada.

Tracklist

1.   Metamorféame (Recomendación 4 Estrellas)
2.   Nubes (Recomendación 4 Estrellas)
3.   Piedras (Recomendación 4 Estrellas)
4.   Tortuga
5.   Nos Vamos Juntos (Recomendación 4 Estrellas)
6.   No Dejes Que ... (Recomendación 4 Estrellas)
7.   Hasta Morir (Recomendación 4 Estrellas)
8.   Debajo de tu Piel (Recomendación 4 Estrellas)  
9.   Estas Dormida (Recomendación 4 Estrellas)
10. Miércoles de Ceniza (Recomendación 4 Estrellas)
11. El Comunicador (Recomendación 4 Estrellas)
12. Para Que no Digas Que no Pienso en Ti  (Recomendación 4 Estrellas)
13. Vamos a Hacer Un Silencio (Recomendación 4 Estrellas)
14. Mariquita (Recomendación 4 Estrellas)

Momentos Cumbre
- Un suspiro, la palabra Metamorféame y el solo de bajo más salvaje para empezar una canción del maestro Sabo Romo enmarcan el inicio de la leyenda, esos riffs poderosos que salen de la Ibañez Custom de Alejandro Marcovich, un ritmo punk clásico que emula los inicios de varias canciones representativas de este género como aquellos buenos tiempos de Bad Religion y de The Ramones, la banda funcionando como una máquina perfecta, aceitada y encarrilada hacia lo sublime, esa frase de Saul Hernández cortando como cuchillo en la mantequilla 'no dejaré que las águilas, se coman mis alas de marfil', letra metafórica, onírica y evocadora, que el cielo se caiga, que tome el ritmo frenético en 160 beats por minuto de Alfonso André con esos cambios de toms y tarolas impresionantes, que tome también las atmósferas que crea en el interludio del gran Diego Herrera, el piano en medio del caos con solo 4 notas en contrapunto,  que use de bandera el solo desquiciado de Marcovich y que se abra el telón de una obra maestra.
- Nubes abre con un riff clásico, maracas, güiro y platillos para darle el ritmo, instrumentos meramente tropicales, el bajo de Sabo Romo haciendo una figura extremadamente complicada para darle un aire más romántico a la canción, es como tener una tercer guitarra y una segunda batería, eso sólo puede hacerlo Sabo, darle ritmo y armonía a la vez a las canciones, el delay del riff le da un aire de profundidad, la letra de Saúll evocando la tradición del culto a la muerte, de la reverencia a la eternidad y la mística, una frase '... vamos a dar una vuelta al cielo, para ver lo que es eterno...' (Monsiváis y Paz dixit), las trompetas de Diego Herrera le añaden aún más folclor y el inter con ese ritmo tropical nos recuerda a las Sonoras y sus largos interludios, aquí suenan desde los sones veracruzanos, la Sonora Santanera, el mariachi, y después ese solo de Marcovich enmarcado en la atmosfera que proporciona el coro y el teclado de Herrera, al final el arpegio elegante y el riff en dobletes al estilo Chuck Berry en Maybelline, rock y fusión tropical, Nubes es una fiesta y una oda a la mezcla del Rock con el folclor mexicano, el final digno de cualquier baile en alguna plaza popular.
- La batería en 4/4 de André y esos efectos de sintetizador de Herrera para darle vida a Piedra, el cambio de ritmo después del primer verso, una letra que habla de una de las peores adicciones desde el punto de vista de necesidad y gravedad, la heroína enaltecida como una villana, una auténtica apología a lo prohibido, a la necesidad física, la adicción en su punto más álgido con el ruego pagano de un alma en pena, desde el coro ya se asoman esas trompetas y esa banda norteña comienza a dar muestras de aparecer en cualquier momento, los versos transcurren y el ritmo jamás decae, de repente ambas partes convergen en el interludio, se asoman también el trombón y aparece de la nada el solo tranquilo al inicio en guitarra acústica y después su contraparte en eléctrica, dos partes de un mismo dolor, desde ahí la guitarra inicia con ese solo de Adrian Belew que marca la armonía que habrá de seguir la banda con todo y trompetas que está de fondo, lo que habría de hacer Nortec Collective 10 años después al mezclar banda y electrónico, lo que había de hacer Café Tacuba 2 años después en Re con El Fin de la Infancia, lo que nadie había hecho antes, terminar la canción con una marcha de una banda norteña.
- Tortuga, una canción de transición que vale la pena por su ritmo parsimonioso, como una ola de mar tranquilo, en esa atmósfera habita esa canción, un ritmo pausado, dando rienda suelta a la virtuosidad de Herrera con las percusiones, el bajo de Sabo Romo dando clases de ritmo, las guitarras mezcladas de Saul Hernández y Alejandro Marcovich en comunión una con la otra.
- Ese inicio increíble de Nos Vamos Juntos, en dobles notas una guitarra y la otra en un riff con mucho sentimiento, la letra habla sobre una relación que se desvanece y de la cual sólo queda la esperanza efímera de seguir 'y sin embargo aquí estoy, y sin embargo no me voy', hay dos partes que discurren en direcciones opuestas, la guitarra rítmica acústica muy al fondo, muy lejana y la principal haciendo riffs por todos lados, el bajo como tercera guitarra elaborando figuras con vida propia, el ritmo en 3/4 de batería que es el alma de la canción, esos cambios de ritmo en los versos solo añaden mucho más dramatismo, el coro con esa frase catártica '...me voy yendo como el mar, lento y salvaje como tu ...' enarbolando la mejor sección de la canción con los acordes arpegiados a una velocidad acelerada como queriendo escapar de esa guitarra Ibañez que Alejandro Marcovich ejecutaba como los dioses, es tan difícil de asimilar todo lo que está dentro de esta canción tantos elementos, tantas cosas que nacieron de un sentimiento puro que es la nostalgia, al final queda esos acompañamientos de guitarra tan íntimos y sentimentales, los coros del final dolorosos, la orquestación, amor, desilusión, nostalgia, evocación, los recuerdos que habrían de perdurar de cada uno de nosotros en una canción increíble.
- Del soundtrack de la vida de muchos de nosotros una canción que nos dieron prestada y que cada uno hemos asimilado como propia, No Dejes Que ... es un himno generacional con el riff inicial que reconocen todos aquellos nacidos después de 1975, un riff que está siguiendo el ritmo de un pandero y las notas de bajo simples con una cadencia impecable de Sabo Romo, la batería se añade hasta que aparece el primer verso de la letra impresionante que escribió Saul Hernández, uno imagina la escena de una película de la época de oro, una mesa, un vaso y una botella, la nostalgia de quien se ha ido y que se recuerda como en una visión fantasmagórica, esas líneas de bajo de Sabo Romo son en si solas una canción diferente, aquí demuestra su dominio sobre el blues al añadirle más feeling a su interpretación ya memorable, seguir su ritmo y cadencia es adentrarse en una magistral ejecución, un ritmo de balada en 4/4 de André y las percusiones de Diego Herrera con ese piano estilo Free Jazz cubano en el coro, nos recuerdan a aquellos intérpretes como Rubén González, un verso reza una frase propia de algún afiche de tarjeta de regalo Hallmark '...entre los mundos nos haremos viejos, donde algún día estaremos tranquilos ...' y ese solo de Marcovich tan increíble, hay canciones que son clásicas, pero no todas se vuelven himnos, no todas adquieren la etiqueta de sublimes y no todas se recuerdan con tanto sentimiento, algunas como esta evocan tantas cosas para algunos de nosotros, el verdadero valor de una canción es que provoque una reacción diferente cada vez que se escuche que permanezca no como una huella estática en la memoria sino como una marca que se mueve de acuerdo a nuestras emociones.
- Hasta Morir inicia como una ceremonia, un bombo y una guitarra con percusiones le dan un aire ritual, la guitarra en delay y de repente algunos violines que emanan del sintetizador Korg que usaba Diego Herrera, se añade en el coro el bajeo de Sabo Romo que le añade aún más teatralidad, aquí se nota la mano de Adrian Belew el cual era experto en crear atmósferas en King Crimson, un grupo mucho más teatral pero no menos virtuoso, esta canción había tenido su origen desde Las Insólitas Imágenes de Aurora, había estado oculta en algún baúl del recuerdo hasta que decidieron re interpretarla y lo hicieron de mejor forma, llevándola hasta una magnificencia, una letra obscura, extraña, recordándonos las épocas de Dead Can Dance o en su tiempo a Chac Mool grupo seminal del Progresivo mexicano, el solo el tono mucho más tropical.
- Apenas habían transcurrido 8 canciones y la lista de canciones clásicas sigue y se añade Debajo de Tu Piel, impresionante canción, el intro nos recuerda a las grabaciones iniciales de The Pixies, de Sonic Youth y de Psychedelic Furs, con ese arpegio magistral de Alejandro Marcovich, de fondo los lamentos en voz de Saúl Hernández y el delay que deja Marcovich como fondo para que aparezca de forma elegante la batería de Alfonso André, muy pocas canciones de Rock en Español pueden presumir de una armonía construida a partir de un bajo tan excelso como el que ejecuta Sabo Romo, es el alma de la canción, la piedra angular que soporta todo el peso de la canción y lo hace de una forma brillante, una mezcla de estilos dejando incluso esos silencios tan necesarios para conjuntar instrumentos, lecciones hay por todos lados, desde como interpretar una letra hermosa en falsetes (que le cobrarían la factura a Saúl Hernández años después) esas frases impresionantes 'mientras te beso entre incendios, te abrazaría para salirnos con el humo' la omnipresencia en el ritmo de la batería, la forma de elaborar los acompañamientos de las percusiones y un outro memorable, Diego Herrera es una maestro en el arte de ejecutar outros, finales memorables que se pueden contar con varios dedos de la mano son obra de él, así se crean las leyendas, a partir de años de ejecutar con maestría las canciones.
- Estas Dormida, la canción más festiva del disco iniciando con un riff alegre y la batería de balada pop de Alfonso André, una canción sobre una persona que ha dejado este plano vital y de la que se recuerda todo, en esta canción se da rienda suelta al espíritu elocuente de Diego Herrera, ya que juega un papel fundamental en la construcción de la canción, ejecutando magistralmente el piano y ese solo de saxofón barítono del final, mostrando un virtuosismo sin paralelo, es difícil dominar instrumentos tan complicados como lo son el piano y el saxofón, el lo hace ver muy sencillo, las líneas de piano si pudieran aislarse valen tanto la pena como lo es toda la estructura armónica, el final, otro magistral outro con ese piano limpio y la guitarra.
- La siguiente otra canción de corte experimental, Miércoles de Ceniza también habla sobre la muerte pero de una forma distinta, desde otro punto de vista, una versión madura de Mátenme Porque Me Muero que había aparecido en su primer disco, los arreglos de percusiones son extraordinarios así como el uso del sintetizador de Diego Herrera, el piano Rhodes con ese tono vibrato tan característico, nos recuerda a grandes ejecutantes de ese piano como Earl Hines o Rick Davies, con ese ritmo acelerado pero a la vez tan Supertrampesco, es la estructura armónica de la primer parte de la canción, el riff tan simbólico de Alejandro Marcovich llega a un punto que el mismo marca el cambio de ritmo, se vuelve un ambiente Groovy, totalmente Rock, con potentes riffs y coros al estilo del Rock Progresivo.
- El Comunicador, una canción experimental de letra muy metafórica, el inicio semeja a Have a Cigar de Pink Floyd con reminiscencias a Welcome To The Machine del mismo grupo, sin embargo lo que es realmente de llamar la atención es el arpegio con delay de Marcovich y el final con ese solo tan elaborado y complejo.
- Otro clásico Para Que No Digas Que no Pienso en Ti, iniciando con ese ritmo de batería con un aire muy setentero, la guitarra en un riff complicado, el piano de Diego Herrera sigue una linea de bajo tranquila pero a la vez poderosa de Sabo Romo, el interludio tiene uno de los mini solos más bellos que haya compuesto Alejandro Marcovich para Caifanes, dando clases de como construir fraseos con la guitarra, el ritmo se acelera y prepara la escena para una atmósfera diferente, la parte final es de época, el ritmo cambia y aparecen voces por todos lados, se acompañan de forma maravillosa la batería y las guitarras, los efectos surgidos de los sintetizadores de Herrera enmarcan la culminación de otro clásico.
- Una de las mejores y menos valoradas canciones de la discografía de Caifanes es sin duda Vamos a Hacer un Silencio, es impresionante, es la continuación del último tema de su disco anterior, la parte madura y concisa de Amárrate Una Escoba y Vuela Lejos, los ritmos americanos que enmarcan la canción y las percusiones le dan ese toque prehispánico, las guitarras acústicas y el ritmo muy extraño que tiene para llegar a una trompeta que enaltece al tema, el final es como siempre de lo mejor, tan lento, tan suave, tan delicado, tan lleno de nostalgia de un tiempo pasado, la última canción que interpretaron todos, los 5 integrantes, que compusieron juntos, todo terminaría un 30 de abril, pero antes una canción para la posteridad.
- Mariquita cierra el disco como un tema prestado de dominio popular, un son jarocho llevado al Rock, con esas guitarras y jaranas en comunión con la percusión prehispánica y el solo de Alejandro Marcovich tocado con furia, enorme pieza, enorme disco, recuerdos, nostalgia, catorce temas grandiosos, los 90's con todos sus cambios apenas empezaban.




Dedicado a Luz Ma

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